miércoles, 13 de junio de 2012

CONFLICTOS

 EFE La policía polaca detuvo a más de cien aficionados, entre hinchas polacos y rusos, por disturbios antes y durante el partido que hoy enfrentó a Polonia y Rusia en Varsovia, en un choque considerado el más caliente de la Eurocopa por la complicada historia que comparten ambos países.

Los incidentes dejaron varios heridos, informó hoy la policía local, que mantendrá el dispositivo de seguridad hasta bien entrada la madrugada.

Los primeros enfrentamientos tuvieron lugar cuando varios miles de hinchas rusos atravesaban el puente que cruza el río Vístula hacia el estadio de Varsovia, en una marcha que también servía para conmemorar el aniversario del nacimiento de la Federación Rusa tras el fin de la Unión Soviética.

Posteriormente, durante el encuentro, se producían varios incidentes en la "fan zone", ubicada en el centro de Varsovia, donde se calcula que hasta 100.000 personas presenciaban el choque en las pantallas gigantes instaladas.

El Polonia-Rusia, considerado como el partido más tenso de esta Eurocopa por las tensas relaciones que ambos países han tenido a lo largo de la historia, se saldó con un empate (1-1), lo que deja abierto el grupo A.

Polonia ha sufrido durante siglos numerosos conflictos con Rusia, lo que había calentado los ánimos de la afición local.







Iluminados con sus lámparas y escoltados por los petardos, más de cinco mil mineros, según los propios organizadores, han recorrido las principales calles de la capital leonesa para exigir al Gobierno que de marcha atrás en su decisión de recortar el 64% de las ayudas a la producción del carbón.
Precedidos por una pancarta en la que se podía leer 'Quieren acabar con todo. No al cierre de la mina de carbón', las comarcas mineras han apoyado, una vez más, a los trabajadores de este sector en una multitudinaria manifestación nocturna que ha salido a las 22 horas de la Junta de Castilla y León y ha terminado en la Diputación Provincial, donde seis mineros permanecen encerrados desde hace 9 días.
Una marea humana ha recorrido durante dos horas, y de manera pacífica, las principales avenidas de León ataviada en la indumentaria propia de los mineros: con un mono gris, un casco y la linterna en la cabeza.
"El Gobierno no nos deja ninguna salida, nos ha metido en un callejón en el que sólo nos queda pelear", ha defendido este martes el secretario general de la Federación de Industria de CCOO en León, Alberto González Llamas. Asimismo, ha señalado que exigirá al presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que "tome posesión" en el conflicto minero, ya que si la próxima semana se aprueban definitivamente los Presupuestos Generales del Estado la lucha "sería a la desesperada".
Por su parte, el responsable de Minería en FIA-UGT en Castilla y León, José Manuel Álvarez Maestro, ha defendido que esta multitudinaria manifestación es la respuesta para "enseñarle al señor Soria lo que es la minería". También ha señalado que lucharán y "quemarán los últimos cartuchos" hasta que haya una solución.
Amigos, familiares, compañeros, alcaldes de las cuencas mineras y leoneses en general han querido acompañar a los mineros en esta nocturna marcha. Entre ellos, la alcaldesa de Villablino, Ana Luisa Durán, también pidió al Gobierno "que tenga sentido común" para no dejar morir a las comarcas mineras. 



El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) también ha reconocido que en algunas zonas sí se estaría produciendo una guerra civil, pero ha evitado hablar de un conflicto a gran escala.

Para Ladsous, "lo que está ocurriendo es que el Gobierno de Siria ha perdido grandes parcelas de territorio en varias ciudades y quiere recuperar el control de estas zonas". Para ello utilizan tanques y material de artillería, "pero también helicópteros", ha añadido el secretario general adjunto de la ONU, que ha advertido de un conflicto "a gran escala".

Observadores atacados

Ladsous también se ha referido al ataque sufrido este martes por los observadores de la ONU que intentaban alcanzar la localidad de Haffeh, en el oeste del país. Estos enviados internacionales fueron recibidos por una multitud que, a tiros y con piedras, les obligaron a retroceder.

"Uno de nuestros observadores casi resulta herido", ha dicho Ladsous, al citar el caso de uno de los miembros del contingente que fue alcanzado en su bota por una bala. El proyectil impactó en el calzado pero no alcanzó su cuerpo.

Tras el incidente, los vehículos de la ONU presentaban "muchos impactos" de bala. Sobre los posibles autores de los disparos, la autoría no está clara, pero Ladsous ha explicado que la organización trabaja con la hipótesis de que fuesen civiles residentes en la zona.




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